Por amor llegó a República Dominicana, y por amor se quedaría. Ya son dos años los que lleva Denise Quiñones viviendo en esa nación caribeña, donde el trabajo y el cariño recibido por parte del público se le han multiplicado a tal grado que esta actriz puertorriqueña considera convertirla en su hogar permanente o, por lo menos, durante un año más.
Además de varias obras teatrales, festivales, programas de televisión y otros eventos locales, Quisqueya le ha dado a la Miss Universe 2001 la oportunidad de vivir tres procesos de crecimiento personal: un adentramiento más profundo en la música, un rompimiento sentimental del que todavía se recupera y la oportunidad de conocer el corazón de un país al que considera hermano.
“Vine bajo unas circunstancias y la vida me ha llenado de unas experiencias que no esperaba. Terminé una relación con una persona, pero empecé otra con todo un pueblo, y ésta estoy segura de que nunca se va a acabar”, resume por teléfono en una entrevista con Primera Hora.
Soltera fortalecidaDesde que terminó su noviazgo de dos años con el actor dominicano Frank Perozo en diciembre pasado, Denise se ha dedicado a su otro amor: la música. La artista asegura que la separación se dio en un marco de cordialidad.
“Todo terminó bien. Mantenemos el respeto y el cariño, pero cada uno ha continuado con sus proyectos, concentrado en su vida”, puntualiza la intérprete. “Me siento muy bien, pasando por un proceso natural después de una ruptura, de crecimiento, de aprendizaje, de encontrarse con una misma. Estoy en un proceso importante y sé que es bueno para mí”, añade sin querer entrar en detalles.
Pacto musicalPero en vez de alejarse para olvidar ese trago amargo, Denise se dio cuenta de que se estaba enamorando de su nuevo hogar, así que se habituó felizmente a residir en Santo Domingo y viajar con regularidad a Santiago. En ambas ciudades tiene amigos y suelen ofrecérsele ofertas de trabajo, acota.
Despreocupada, cuenta que le resulta natural que se le haya pegado el acento dominicano, y aclara que la decisión de quedarse a vivir allá dependerá del éxito del disco que espera lanzar entre finales de marzo y principios de abril. Ruidos y silencios, título del álbum, es uno de los primeros proyectos de Pavel Corredor Music, compañía creada como resultado de la asociación de la cantante con el productor Pavel Núñez y el cantautor Héctor Aníbal, ambos quisqueyanos.
El compromiso establecido con esos colegas dominicanos y la aceptación que tenga el producto abonarán a su determinación de mudarse o quedarse en Santo Domingo. Después de todo, allá profundizó su amor por la música, acepta.
“Todo depende del éxito que tenga. Si tiene éxito internacional, en el transcurso del año veré qué me depara (el álbum). Por los próximos meses, me quedo en República Dominicana”, indica. “El cine también está despuntando acá”, agrega al aclarar que no abandonará la actuación.
La producción de “Caribe lounge”, como le llama Denise a la fusión de géneros del álbum, tendrá lanzamientos físicos en República Dominicana y Puerto Rico.
Otra DeniseCantar también la está transformando de otras maneras. Tras destacarse como actriz en Nueva York y reforzar su conocimiento musical en suelo dominicano, la vocalista tuvo un encuentro con la Denise del pasado: la modelo... Pero desde afuera, a distancia.
La semana pasada, presentó sus sencillos Mirada dulce y No soy sin ti en el República Dominicana Fashion Week, llevado a cabo en Arena del Cibao, en Santiago.
“Definitivamente fui en otra onda, pero me remonté a esa época de las pasarelas, el mundo del modelaje y el fashion. Como bailarina profesional, estuve seis años; como actriz llevo ocho. El modelaje ha sido la parte más breve de mi carrera: dos años”, rememora.
“Toparme con el evento sin formar parte de él, per se, me reforzó la sensación de que sí, el fashion es algo divertido, chévere... Pero también la certeza de que, al menos para mí, no representa mucho. Ahora tengo más retos, otro tipo de pasiones”, admite.
La solista tendrá otro encuentro con la moda el próximo lunes 13 de marzo en el Teatro Nacional de República Dominicana, cuando anime la alfombra roja de la entrega anual de los premios Casandra.
Quiere crear puentesDenise no deja de maravillarse con la abundancia de talento, inteligencia y compromiso que hay en República Dominicana. No es que tuviera prejuicios en ese sentido, sino que ahora le consta lo falsos que son.
“Quizás estoy más sensible, con más conciencia de las dos caras de la moneda, de la hermandad tan grande, profunda y positiva que hay entre los dos países; y también de lo irreales que son los prejuicios que pueda haber en algunos sectores y personas de Puerto Rico con respecto a nuestros hermanos dominicanos”, diserta la intérprete de “Alba” en la obra Zanahorias (2009).
Manifiesta, además, que le sorprende el miedo que le han expresado algunas personas con respecto a la situación de criminalidad y deterioro económico en Puerto Rico.
“Llega un momento en el que cobra un sentido real, físico, emocional, el decir que todos los caribeños somos hermanos, que nuestra cultura y música son una sola. Lo sientes cuando las crisis son las mismas, cuando los sufrimientos son los mismos, cuando las alegrías son las mismas. De eso está hecha nuestra música”, afirma.
“Y yo, en lo personal, quisiera seguir reforzando esos lazos. No sé, tal vez sea algo pequeño, pero más adelante me gustaría armar una orquesta con músicos de Puerto Rico y República Dominicana, y seguir uniendo más los dos países”, atisba con un suspiro.
Además de varias obras teatrales, festivales, programas de televisión y otros eventos locales, Quisqueya le ha dado a la Miss Universe 2001 la oportunidad de vivir tres procesos de crecimiento personal: un adentramiento más profundo en la música, un rompimiento sentimental del que todavía se recupera y la oportunidad de conocer el corazón de un país al que considera hermano.
“Vine bajo unas circunstancias y la vida me ha llenado de unas experiencias que no esperaba. Terminé una relación con una persona, pero empecé otra con todo un pueblo, y ésta estoy segura de que nunca se va a acabar”, resume por teléfono en una entrevista con Primera Hora.
Soltera fortalecidaDesde que terminó su noviazgo de dos años con el actor dominicano Frank Perozo en diciembre pasado, Denise se ha dedicado a su otro amor: la música. La artista asegura que la separación se dio en un marco de cordialidad.
“Todo terminó bien. Mantenemos el respeto y el cariño, pero cada uno ha continuado con sus proyectos, concentrado en su vida”, puntualiza la intérprete. “Me siento muy bien, pasando por un proceso natural después de una ruptura, de crecimiento, de aprendizaje, de encontrarse con una misma. Estoy en un proceso importante y sé que es bueno para mí”, añade sin querer entrar en detalles.
Pacto musicalPero en vez de alejarse para olvidar ese trago amargo, Denise se dio cuenta de que se estaba enamorando de su nuevo hogar, así que se habituó felizmente a residir en Santo Domingo y viajar con regularidad a Santiago. En ambas ciudades tiene amigos y suelen ofrecérsele ofertas de trabajo, acota.
Despreocupada, cuenta que le resulta natural que se le haya pegado el acento dominicano, y aclara que la decisión de quedarse a vivir allá dependerá del éxito del disco que espera lanzar entre finales de marzo y principios de abril. Ruidos y silencios, título del álbum, es uno de los primeros proyectos de Pavel Corredor Music, compañía creada como resultado de la asociación de la cantante con el productor Pavel Núñez y el cantautor Héctor Aníbal, ambos quisqueyanos.
El compromiso establecido con esos colegas dominicanos y la aceptación que tenga el producto abonarán a su determinación de mudarse o quedarse en Santo Domingo. Después de todo, allá profundizó su amor por la música, acepta.
“Todo depende del éxito que tenga. Si tiene éxito internacional, en el transcurso del año veré qué me depara (el álbum). Por los próximos meses, me quedo en República Dominicana”, indica. “El cine también está despuntando acá”, agrega al aclarar que no abandonará la actuación.
La producción de “Caribe lounge”, como le llama Denise a la fusión de géneros del álbum, tendrá lanzamientos físicos en República Dominicana y Puerto Rico.
Otra DeniseCantar también la está transformando de otras maneras. Tras destacarse como actriz en Nueva York y reforzar su conocimiento musical en suelo dominicano, la vocalista tuvo un encuentro con la Denise del pasado: la modelo... Pero desde afuera, a distancia.
La semana pasada, presentó sus sencillos Mirada dulce y No soy sin ti en el República Dominicana Fashion Week, llevado a cabo en Arena del Cibao, en Santiago.
“Definitivamente fui en otra onda, pero me remonté a esa época de las pasarelas, el mundo del modelaje y el fashion. Como bailarina profesional, estuve seis años; como actriz llevo ocho. El modelaje ha sido la parte más breve de mi carrera: dos años”, rememora.
“Toparme con el evento sin formar parte de él, per se, me reforzó la sensación de que sí, el fashion es algo divertido, chévere... Pero también la certeza de que, al menos para mí, no representa mucho. Ahora tengo más retos, otro tipo de pasiones”, admite.
La solista tendrá otro encuentro con la moda el próximo lunes 13 de marzo en el Teatro Nacional de República Dominicana, cuando anime la alfombra roja de la entrega anual de los premios Casandra.
Quiere crear puentesDenise no deja de maravillarse con la abundancia de talento, inteligencia y compromiso que hay en República Dominicana. No es que tuviera prejuicios en ese sentido, sino que ahora le consta lo falsos que son.
“Quizás estoy más sensible, con más conciencia de las dos caras de la moneda, de la hermandad tan grande, profunda y positiva que hay entre los dos países; y también de lo irreales que son los prejuicios que pueda haber en algunos sectores y personas de Puerto Rico con respecto a nuestros hermanos dominicanos”, diserta la intérprete de “Alba” en la obra Zanahorias (2009).
Manifiesta, además, que le sorprende el miedo que le han expresado algunas personas con respecto a la situación de criminalidad y deterioro económico en Puerto Rico.
“Llega un momento en el que cobra un sentido real, físico, emocional, el decir que todos los caribeños somos hermanos, que nuestra cultura y música son una sola. Lo sientes cuando las crisis son las mismas, cuando los sufrimientos son los mismos, cuando las alegrías son las mismas. De eso está hecha nuestra música”, afirma.
“Y yo, en lo personal, quisiera seguir reforzando esos lazos. No sé, tal vez sea algo pequeño, pero más adelante me gustaría armar una orquesta con músicos de Puerto Rico y República Dominicana, y seguir uniendo más los dos países”, atisba con un suspiro.
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