El tenue atardecer y el mar rebasando el muro del Malecón de La Habana enmarcaron la presentación gratuita del grupo puertorriqueño Calle 13, que cautivó al pueblo cubano con su propuesta social e inclusiva.
La banda, liderada por René Pérez (Residente), Eduardo Cabra (Visitante) e Ileana Cabra (PG 13), les regaló a miles de personas un concierto de 14 temas desde la tarima de la Tribuna Antiimperialista José Martí.
Contrario al espectáculo Paz sin fronteras (20 de septiembre de 2009) con un grupo de artistas internacionales, los boricuas no necesitaron la compañía de colegas para convocar a alrededor de 200 mil cubanos, según la cifra dada por efectivos de seguridad.
Desde este representativo lugar, donde se realizan actos gubernamentales y que está cercano a oficinas estadounidenses, Residente no tuvo reparos en abogar por los presos políticos de la isla caribeña, de Puerto Rico y del mundo; en rechazar las acciones del FBI; en instar al pueblo a vencer los miedos, y en recalcar que los pueblos mandan y los gobiernos obedecen.
Después de la presentación del cantautor cubano Kelvis Ochoa, la banda se apoderó de la tarima a las 6:15 de la tarde, exhibiendo camisetas de béisbol de la selección cubana, dejando establecido inmediatamente su respeto por los atletas de este país, que no asistirán a los Juegos Centroamericanos y del Caribe Mayagüez 2010.
Antonio Castro, hijo de Fidel Castro, les entregó a los músicos las camisetas. “Hagan feliz a ese pueblo. Hagan lo que les dé la gana y lo que saben hacer”, dijo Antonio Castro antes de que se entregaran por completo al eufórico público.
Una vez cómodos en su espacio favorito, el escenario, Calle 13 alborotó al público con No hay nadie como tú, el primero de todos los temas que contaron con el fuerte coro de los cubanos.
“Vamos a disfrutar de corazón. Vamos a hablar de lo que no se atreven a decir… ¿Estamos vivos? Vamos a demostrar que estamos vivos”, gritó Residente, quien tras quitarse su acostumbrada camisilla, exhibió en su espalda un mensaje: “Recibimos flores y balas en el mismo corazón”.
Con las banderas de Cuba y Puerto Rico, unidas por la misma estrella, el artista siguió con Cumbia de los aburridos, coreada por un público que estuvo compuesto en su mayoría por niños y adolescentes.
Hubo una breve pausa para la entrega del Premio Internacional Cubadisco, que otorga el Instituto Cubano de la Música. Residente les dedicó el galardón a las nuevas generaciones y a los veteranos músicos cubanos. Los instó a hacer “música sin miedo y a hacer las cosas que uno piensa”.
Para no bajar la intensidad que había creado, invitó a seis chicas que se multiplicaron rápidamente para que bailaran Se vale to-to, primer tema que lo puso en el mapa musical. Y si algo saben hacer las cubanas, es mover sus caderas, a juzgar por sus candentes meneos.
Tras interpretar La hormiga brava y Un beso en el desayuno, Residente les dedicó a los inmigrantes del mundo el tema Pa’l norte. “Que viva Cuba, puñeta”, gritó para luego cantar Ven y critícame y Fiesta de locos, que literalmente enloqueció a los presentes.
“Este tema es importante, para mí. Es sobre el asesinato de Filiberto Ojeda, que para quienes no lo conocen era un boricua de los buenos; y lo mataron y lo dejaron desangrarse… Este tema se lo dedico a los presos políticos de allá (Puerto Rico), acá y de todos los países del mundo…”, comentó quien además dedicó el tema a “este país que se mantiene de pie”.
“Se lo dedico a Puerto Rico que espero que sea un país libre, independiente y autónomo. Que deje de ser una colonia. Se lo dedico al edificio que está allá atrás”, dijo en referencia a las Oficinas de Intereses de Estados Unidos, adscritas a la embajada de República Checa, y, entonces, cantó Querido FBI.
Después de descargar su rabia, interpretó La jirafa, para las madres; y Tango del pecado, con el que se despidió. Pero, el público quería escuchar el popular tema Atrévete te-te.
Como si no quisieran acabar su “fiesta de locos”, la banda regresó con Electromovimiento y Atrévete te-te, bailada hasta por los que se encontraban en los techos de las casas cercanas.
“Esto lo digo en Puerto Rico y todo el mundo. El pueblo manda y el Gobierno obedece. ¡Que viva Cuba!”, expresó Residente antes de despedirse con La Perla y tirar sus tenis a los asistentes.
Ya acercándose la noche, y desapareciendo la postal del atardecer, Calle 13 le dijo hasta luego al pueblo cubano. Todos llevaban una sonrisa que seguramente no la tienen a diario.
Cubanos, se atreven a salir del "Closet" con Calle 13
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