
“Esta ceremonia nos hacía perder la dignidad”, aseguró el joven, que cuando llegó al lugar apagó la música y le pegó a los invitados. Pero a diferencia de lo que le sucedió con ese familiar, la pareja recibió muchas felicitaciones en Internet cuando anunció su amor en Weibo, la versión china de Twitter.
Inspirados en una campaña de Hong Kong de los derechos de los homosexuales, la pareja decidió compartir su historias en la red virtual. Esto a pesar de los inconvenientes que los sufren los homosexuales en China en relación a la familia.
Pero a pesar de esta resistencia a los casamientos gay, la unión del profesor y el repartidor de agua no es la primera de su tipo en la nación más poblada del planeta.
La primera se llevó a cabo en agosto de 2011 en Shenzhen, aunque tan sólo frente a cinco invitados. Y en octubre del año pasado otra pareja de gays se casó en la provincia costera de Fujian, según publica el diario español El País.

Considerada un delito hasta 1997, la homosexualidad dejó de serlo con la apertura al exterior y un importante crecimiento económico. En tanto que en 2001 la Sociedad Psiquiátrica China dejó de definirla oficialmente como una enfermedad mental.
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