Uno de sus guardaespaldas contó que durante una discusión les pidió que mataran
a tiros a su hermano menor Randy. Además, el amor frustrado con Whitney Houston,
la obsesión con Pamela Anderson, el uso de cremas blanqueadoras que llegaron a
quemarle el pene y más.
Uno de los tantos guardaespaldas que tenía Michael Jackson, Matt Fiddes, se
desahogó en una entrevista con el sensacionalista británico The Sun al contar
perturbadoras intimidades del Rey del Pop.
Según reveló el miembro de la seguridad de Jackson, en un ataque de paranoia
provocado por el consumo de drogas, el cantante le habría pedido que matara a su
hermano menor, Randy, cuando éste lo fue a visitar a la casa por motivo de
negocios.
Fiddes contó que Michael llevaba una guerra de años con sus hermanos, quienes
querían convencerlo de firmar un contrato de 500 millones de dólares para
realizar una gira de reencuentro de los Jackson 5, la banda que formaban los
cinco hermanos y que llevó a Michael al conocimiento público.
“Para 2005 Michael estaba desesperado y llegó a prohibir el ingreso de sus
familiares a su casa”, contó Fiddes, pero las cosas llegaron a un punto crítico
cuando Randy intentó entrar por la fuerza. “Michael ordenó que lo mataran a
tiros”, aseguró.
No es la primera vez que este guardaespaldas se confiesa con The Sun. La
última vez había revelado, entre otras cosas, lo enamorado que estaba Michael de
la cantante Whitney Houston. Que odiaba tanto su color de piel que casi quemó su
pene con cremas blanqueadoras. Que tenía una obsesión con Pamela Anderson y que
llegó a hacerle un muñeco vudú al director Steven Spielberg después de
convertirse en simpatizante de los nazis
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