Cuba. Era como una marea grande y blanca como la espuma, porque todos tenían una pieza de vestir de ese color como símbolo de la paz. Una multitud con un movimiento que parecía ascender y descender, cuando había que hacer un espacio porque alguien se había desmayado y cuando, sin distinción de ritmos, se movía sin parar.
Esa imagen fue creada por 1,250,000 personas –según estimaron los organizadores– que se dieron cita ayer, domingo, de 2:00 a 6:00 de la tarde, en la Plaza de la Revolución de La Habana, donde se celebró el concierto histórico Paz sin fronteras.
El sol era insoportable, aunque, para muchos, no fue un impedimento para llegar a la plaza desde tempranas horas de la mañana para tomar los mejores puestos, desde donde verían a Juanes (Colombia), Olga Tañòn y Danny Rivera (Puerto Rico), Miguel Bosé, Víctor Manuel y Luis Eduardo Aute (España), Orishas, Silvio Rodríguez, Carlos Varela, X Alfonso, los Van Van y Amaury Pérez (Cuba), Jovanotti (Italia), Cucú Diamante y Yerbabuena (Cuba-Venezuela) y Juan Fernando Velasco (Ecuador).
Desde antes del mediodía, todos los caminos conducían hacia este evento sin precedentes, por la cantidad de cubanos y personas de distintas partes del mundo, por permitirles el acceso gratis a miles y porque el escenario era Cuba. Pero, como dijo el organizador del espectáculo, el cantante colombiano Juanes, los artistas vencieron sus miedos y se mantuvieron firmes en su compromiso con el pueblo cubano, a pesar de las expresiones en contra por llevarse a cabo en el país comunista.
El sol castigó a decenas de personas que se desmayaron, y otros recibieron machucones por lo apretado que estaba todo el mundo. Aunque había seguridad, era imposible controlar a esta marea de más de un millón, por lo que hubo momentos en que imperó la inseguridad. Pero, ese panorama era un elemento secundario, porque los asistentes no se perderían a quienes, según dijeron, creían que no verían jamás.
El concierto comenzó con la aparición de todos los artistas, y esta vez, la puertorriqueña Olga Tañòn una de las más queridas del grupo– tomó la batuta. “Queremos dar las gracias porque juntos estamos haciendo historia…”, mencionó la boricua a la vez que hizo el reclamo de paz, que era el fin del concierto.
Aunque todos los cantantes tenían seguidores allí, los más queridos fueron Juanes, Olga tañòn, Orishas y los Van Van.
Olga Tañòn tuvo a su cargo el acto de apertura del espectáculo. La artista revolcó a la inmensa marea con Cuando tú no estás, Bandolero, Basta ya, Cómo olvidar y Muchacho malo. Aunque su afección en la voz no le permitía cantar con su acostumbrada potencia, no hizo falta, porque la gente coreó de principio a fin todos los temas.
El ritmo y la energía de la artista mantuvieron a las personas brincando y bailando sin parar. El junte entre personas era tan impresionante que la artista tuvo que instar a la gente a no perder el control.
La otra representación boricua recayó en Danny Rivera, quien, entre otros temas, interpretó Yo quiero un pueblo y Amar o morir. Contrario a Olga Tañòn, el cantante visita con frecuencia la isla caribeña, por lo que para los cubanos él era un residente de su casa.
“El derecho más grande que tenemos es la paz y debemos convivir todos sin importar las diferencias”, expresó el español Miguel Bosé, uno de los gestores de este proyecto. Bosé alborotó al público con temas como Amante bandido y Muro, a dúo con el cubano Carlos Varela.
El intérprete italiano Jovanotti tuvo una de las participaciones más divertidas para los asistentes, que brincaron con su funky groove y los bautizó como “el ombligo del mundo”.
Y, sin importar si era salsa, merengue o funky groove, menearon sus cuerpos. Entonces, llegaron los Orishas con su A lo cubano para revolcar la multitud.
Cuando le tocó el turno al gestor de Paz sin fronteras, Juanes, se formó toda una “revolución”. Juanes, quien mantiene su compromiso social desde los inicios de su carrera, cautivó con A Dios le pido, Me enamora, It's time to change y La camisa negra.
“No puedo creer lo que están viendo mis ojos. Éste es el sueño más hermoso de paz y amor que ha experimentado, después de mis hijos. Celebro que estén aquí por encima de las diferencias; hermanos, debemos estar conectados”, expresó quien le dedicó el tema Ojos a sus compatriotas que están secuestrados por las guerrillas de su natal Colombia.
“Vinimos a Cuba por una razón: amor. Vencimos el miedo para estar esta tarde… Lo importante es cambiar el odio por amor”, agregó.
La orquesta cubana los Van Van cerró el espectáculo con Chan Chan, en el que se iban uniendo los 15 artistas. “Duélale a quien le duela, el concierto por la paz ya se hizo. Está bueno ya de abuso”, dijo uno de los integrantes, provocando la gritería.
Y ya pasadas las 7:00 de la noche, Juanes gritó: “Una sola familia cubana”, en clara referencia a la desunión entre los cubanos de Miami y los locales.
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